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Lo poético

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Segunda sesión: Taller de creación literaria Luis Mizar Maestre Poeta leído: Héctor Rojas Herazo Se nos es dado el lenguaje como un don , dice Hölderlin, y gracias a ese regalo (divino o biológico) podemos, entre muchas otras cosas, elaborar esta realidad que está hecha de palabras. Porque es el lenguaje, esa facultad de crear signos y sistemas a través los cuales expresamos nuestras percepciones de la realidad más próxima que tengamos, un mar infinito de posibles semánticas y simbólicas. Esa es la razón por la cual el poeta debe explorar el lenguaje, indagar en él, crear con él, ensanchar su oscuridad a través de la luz de la lectura o la experiencia vital. El arte es mimético, decía Aristóteles, y esa representación exacta o simbólica es posible gracias a las cualidades estéticas que haya engendrado el artista. Y el lenguaje ahí. En este caso, el poeta es un artista de la palabra, lo cual quiere decir que es un paleontólogo, no porque las encuentre por su extrañeza, sino porque las

Lo bello

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1 sesión: Taller de Creación Literaria Luis Mizar  Poeta leído:  Luis Mizar Maestre  En Historia de la belleza (2018) Umberto Eco hace un recorrido por aquello que se ha considerado bello en cada época. Antes, intenta explicar qué es lo que podemos entender por belleza-bello y concluye que esto atañe a la condición humana y que la percepción de esa belleza (una idea kantiana por lo demás) depende de factores que se escapan al objeto que puede ser bello en sí mismo (tema para otro momento).  Agustín Basave, en La dimensión estética del hombre (1992), concibe la belleza como una búsqueda incesante del sujeto humano por satisfacer ese plano inasible que es el espíritu, justamente porque en ese estadio, lo bello “nos cautiva intimidante y nos colma’ (p. 73). Cuando nos asombra una escultura de Miguel Ángel, en ese momento de contemplación, no pensamos en la mole de mármol que era antes de que el escultor la viera con los ojos de la belleza y el asombro. Ese reconocimiento de la belleza es

Decálogo para vivir un día

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1. Abre los ojos y descubre que la vida aún te habita con el silencio y el ruido de siempre. 2. Mira por tu ventana el resplandor de la luna que se filtra apresurada. 3. Respira hondo y siente el oxígeno invadir tu cuerpo, desde muy adentro, hasta la textura suave de tu piel.  4. Agradece a la vida los delirios, los sueños, los deseos, las frustraciones, los abrazos, los instantes para ser todo lo humano que podamos. 5. Toma un libro y lee algo. Poesía. Piensa en las palabras que irrumpirán el silencio y que comandarán un nuevo día, mientras disfrutas los versos del café en el paladar. 6. Siente el agua caer sobre tu cabeza. El río descender por todo el cuerpo. Siente el sabor transparente con los labios medio abiertos.  7. Alista tus pasos para ir al camino elegido. Porque solo vale la pena transitar el camino elegido. Y transítalo con tranquilidad.  8. Fíjate siempre en los que amas. Abraza y bésalos siempre. Di siempre tus últimas palabras.  9. Abre los ojos y sé consciente de tu re

LA VOZ EN LA ALDEA

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Describe tu aldea y serás universal León Tolstoi La infancia es el recurso más valioso del hombre; es la patria, el punto de partida y de llegada. La infancia es una hoja en blanco donde la vida y la muerte van describiendo nuestros rostros y nuestro destino. Si alguna vez fuimos eternos lo fuimos en la infancia, cuando la vida era un juego que imponía otras leyes. En la infancia abrimos los ojos al mundo; oímos las voces de la naturaleza; sentimos la textura de las cosas que nos rozan; probamos el amargo sabor de la hiel, pero también el erótico sabor de la cereza. En la infancia la mirada y la voz se acentúan, se tornan en el puente entre la realidad que impone límites y racionaliza los sueños y la imaginación que siempre va más allá de la realidad. La voz va dibujando en la mente del niño el mapa de la cosa descrita. La voz va dando forma a los objetos que, simplemente, están ahí. La voz es un fuego que aleja la penumbra, que convoca el silencio que piensa.  Justamente asistimos a u

FUEGO APAGADO

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El tiempo pasado con un gato nunca se pierde Colette   El cuerpo tendido sobre el asfalto los ojos de fuego vuelto noche los maullidos atascados en el techo las caricias del pelambre dando misericordia las líneas de la espalda siendo destino los pasos sigilosos que adormecen la muerte.   Verte inerme botando la vida por las garras bostezando un cielo que ya no llueve siendo un banquete para las hormigas destruyendo el tigre y su sombra. Solo la muerte pudo opacar tu rugido.   A todos nos toca la muerte el caos del cuerpo la destrucción de las formas la extinción de la fe. Pero odio la inutilidad de los dioses que no impiden el envenenamiento de las almas.   Toma nuestras lágrimas y lava la brutalidad de los hombres: no nos perdones. Lame tus patas y transita hacia la luz.   Toma tu rumbo hacia la Nada hacia el paraíso gatuno donde la gente no tiene mierda dentro del pecho.   Tomás

“LEO ENTRE LAS RATAS”: UN DIÁLOGO CON CÉSAR GONZÁLEZ, A PROPÓSITO DE EUPARÍ-ROLL SU PRIMER POEMARIO PUBLICADO.

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Esto no es una reseña (César González (2020). Euparí-roll. Colombia: El Manjol Ediciones) Me gusta fijarme en esos escritores que gritan desde el margen. Y digo gritan, porque contrario a lo que muchos piensan, el grito -artístico- es una melodía efectiva cuando se quiere despertar a alguien que, impasible, no es capaz de ver ni oír nada (piense en cualquiera de los artistas del manierismo, las vanguardias latinoamericanas o de aquellos que se oponen al arte puro ). Y está más que justificado, pues no se puede susurrar al viento cuando todos habitamos un ruido caótico (sea estético o histórico). Un mundo que otros artistas y poetas a veces ven desde una nostalgia vacua, una retórica desgastada, unas formas   que oscurecen la esencia, o un discurso panfletario. O en otra orilla, una vileza que empantana el poema. Creo que esos escritores que intentan cruzar las líneas —así caigan de bruces al enredarse con el alambre— invitan a repensar el arte, sugieren la acción como una forma de cerc