El río

Cuando yo era niño mi padre me llevaba 'al pueblo' de vacaciones. Era un pueblo fantasmagórico, casi rulfiano, olvidado en el Sur de Bolívar, al pie de un brazuelo del Río Magdalena. Aún sobrevive casi que imperturbable en el tiempo. De lunes a viernes, la vida se acababa a las 6 pm, cuando la luz del día moría despacio. Y las noches eran largas dentro de los toldos. Afuera, ardían unos minutos más los mechones que botaban un humo delgado, que subía danzante, hasta el techo de palma, y se perdía en la oscuridad. Pero siempre amanecía, y con la luz, el río emergía en el horizonte. 

A veces iba al río con mi padre. Él ya no lo disfrutaba de la misma forma. Ya lo miraba con otros ojos. Un poco distante; como lo mira un viejo pescador. En cambio yo, me zambullía cerca de la orilla y abría los ojos ante aquel océano marrón. Las hojas muertas, las ramas disecadas en el fondo, el fango que los pies levantaban, y parecía polvo.

De uno de esos recuerdos nació El río. De un retorno. Pensándolo bien, en todos nosotros habita un río. La vida misma es un afluente. También lo es el tiempo. El río es una ciudad. Del río sale la comida y a él regresan de algún modo. El río quita la sed, justifica el fogón. Este poemario, el cuarto en esta búsqueda de la voz poética, de la palabra, del tono adecuado para nombrar las cosas, el dolor, la muerte (yo escribo para encontrarme); este abecedario que es la poesía nos puede servir para decir las cosas de otra forma. Captarlo desde otro ángulo. En eso el poema se parece a la fotografía. La poesía es decir de otra manera las cosas. La pretendida, en este caso, es una forma que integre dolor y alegría, muerte y vida, recuerdo y presente, luz y noche, en un mismo poema. Que difumine esos límites que impone la felicidad. Contemplar con ojos de niño la paradoja que también es la vida. Este instante. 

Pronto será el lanzamiento de este poemario (que incluye algunas fotografías), que estuvo al cuidado del escritor y editor Miguel Barrios Payares. 

Escribir es una confesión. Y de confesión en confesión se nos va la vida, lentamente, hasta que encuentre la línea de la desembocadura. 

Por ese camino vamos.

Félix Molina-Flórez 

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Datos para adquirir el libro:

Editor: Miguel Barrios Payares 

Teléfono/WhatsApp: 3162737653









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